EDUARDO MANGADA.- Sobre el futuro del Mercado de Legazpi, sus contenidos, forma de gestión e, incluso, su arquitectura, se ha desencadenado, una vez más, un precipitado proceso de privatización por parte del Ayuntamiento de Madrid, desoyendo las demandas ciudadanas del distrito de Arganzuela y pervirtiendo los mandatos constitucionales que obligan a los poderes públicos a satisfacer los intereses generales de los ciudadanos.
EDUARDO MANGADA
Sobre el futuro del Mercado de Legazpi, sus contenidos, forma de gestión e, incluso, su arquitectura, se ha desencadenado, una vez más, un precipitado proceso de privatización por parte del Ayuntamiento de Madrid, desoyendo las demandas ciudadanas del distrito de Arganzuela y pervirtiendo los mandatos constitucionales que obligan a los poderes públicos a satisfacer los intereses generales de los ciudadanos. La lógica del mercado impone sus leyes “en detrimento de la satisfacción de las necesidades reales de la población, especialmente de los sectores más desfavorecidos económicamente”. La consigna de la señora Alcaldesa es: ¡las elecciones están a la vista, dejemos bien atados los intereses de nuestros amigos y clientes!
Una breve y resumida memoria cronológica servirá para entender y juzgar mejor el problema que nos ocupa.
El 24 de septiembre de 2014 se constituye Espacio Vecinal Arganzuela (EVA) como una organización ciudadana en la que se integran diversos movimientos vecinales, sociales y entidades ciudadanas del distrito. Ejemplar iniciativa de los madrileños, capaces de autoorganizarse para hacer oír su voz, múltiple y solidaria, y plantear públicamente sus aspiraciones, junto con la reivindicación frente a las carencias de equipamientos y servicios sociales en este trozo de la ciudad.
Unos días antes, el 18 de septiembre, las asociaciones de vecinos de Arganzuela y los colectivos que desarrollaban su actividad en el Centro Social Autogestionado La Traba(desalojados en agosto junto con la demolición de la nave que ocupaban, ante el rechazo generalizado de todas las asociaciones de vecinos y colectivos ciudadanos de Arganzuela, que agradecían a los okupas de La Traba siete años de importantes trabajos sociales y culturales), mantuvieron una reunión con la Dirección General de Participación Ciudadana, con la mediación de FRAVM (Federación de Asociaciones de Vecinos de Madrid), solicitando al ayuntamiento “la cesión de un espacio público para poder desarrollar su labor y acoger el creciente número de iniciativas ciudadanas que estaban surgiendo en el distrito”. Una solicitud abierta, pero en la que ya se señalaba la preferencia por el Mercado de Legazpi. Un gran edificio sin uso significativo ni proyectos conocidos a corto y medio plazo. La Dirección General se comprometió a estudiar el proyecto que presentasen las asociaciones vecinales representadas en dicha reunión.
A mediados de octubre de 2014 EVA presenta formalmente un proyecto solicitando “la cesión temporal del espacio del antiguo Mercado de Frutas y Verduras de Legazpi, propiedad municipal, actualmente sin uso, para la realización de actividades sociales, educativas y culturales gestionadas de manera colectiva y democrática por los colectivos que suscriben dicho proyecto”. Actividades “destinadas fundamentalmente a promover la participación democrática de los vecinos de Arganzuela y su entorno”. Un proyecto formulado con gran solvencia política y técnica en el que se denuncian las carencias de todo tipo que afectan al distrito para exponer a continuación, de forma pormenorizada, los objetivos y las actividades a desarrollar, incluyendo el compromiso de su gestión y el mantenimiento del edificio y las instalaciones.
Ante la prolongada falta de respuesta por parte del Ayuntamiento, el 4 de febrero de 2015 los representantes de EVA mantienen una reunión con la Dirección General de Gestión y Defensa del Patrimonio a fin de conocer la postura municipal ante el proyecto presentado meses atrás. Los responsables municipales informan a la representación vecinal que no hay planes concretos sobre el Mercado de Legazpi y exclaman escandalizados: ¡cómo iba a tomar el Ayuntamiento una decisión sobre el Mercado justo antes de unas elecciones municipales! ¿Cómo se les ocurría a los vecinos pensarlo?
Las cínicas explicaciones y airadas protestas de los responsables municipales fueron rápidamente sustituidas por la contestación formal del Ayuntamiento quince días después. En el BOCM de 19 de febrero de 2015 se anuncia la apertura de un periodo de información pública sobre el “Estudio de Viabilidad para la Construcción y Explotación en Régimen de Concesión de Obra Pública de un edificio dotacional en el Antiguo Mercado de Frutas y Verduras de Legazpi”. Un estudio de viabilidad redactado y presentado por la empresa ADRIPABEL SL, desconociéndose el motivo de esta iniciativa por parte de una entidad mercantil cuyo objeto social es “la adquisición, tenencia, administración y venta de patrimonio mobiliario e inmobiliario”, con el añadido de “administración de valores y rehabilitación de edificios”. Una empresa constituida en 2013 sin que se conozca experiencia alguna en proyectos similares al que se propone en el Mercado de Legazpi. Empresa unipersonal cuya composición y capital social no parecen reunir las condiciones necesarias para desarrollar un proyecto cuyo coste inicial se estima en unos cincuenta y dos millones de euros.
¿Cuándo y porqué convoca el Ayuntamiento un concurso concesional sobre el Mercado de Legazpi? ¿Por qué no se informa a los vecinos de Arganzuela, aunque sea solo como muestra de buena educación? ¿No es sorprendente que una empresa con las características reseñadas presente motu proprio el citado estudio de viabilidad? La ausencia de explicaciones, de transparencia, por parte del Ayuntamiento de Madrid da lugar a plantear serias dudas sobre la oportunidad y legitimidad de este extraño proceso.
Tras una larga y deliberada actitud entorpecedora del Área de Gobierno de Hacienda y Administración Pública, el estudio de viabilidad fue finalmente facilitado a EVA (17 de marzo), tres días antes de finalizar el plazo de información pública. No obstante, en un encomiable esfuerzo, EVA presentó el 20 de marzo un documento de alegaciones, sólidamente redactado y razonado, oponiéndose a todo el procedimiento en base a criterios políticos, sociales, jurídicos e incluso arquitectónicos, dada la condición de edificio protegido del Mercado de Legazpi.
Esta es la situación al día de hoy. Un gran atentado contra la ciudadanía y el patrimonio público se está fraguando en los sótanos oscuros del Ayuntamiento de Madrid. Frente a este proceso cobran legitimidad todos los ciudadanos, colectivos y partidos políticos para exigir la paralización inmediata del procedimiento en curso. Una paralización que debe extenderse a un conjunto de autorizaciones, legalizaciones, concesiones y ventas del patrimonio público, tramitadas a toda prisa, junto con convenios que, como el de Chamartín, están hipotecando el futuro económico y físico de Madrid.
Por respeto democrático, por elegancia política, absténgase la señora Alcaldesa de cualquier decisión precipitada que daría pie a la presunción de intereses espurios y permita que la nueva corporación, tras las próximas elecciones, pueda definir el contenido y la forma de gestión del Mercado de Legazpi, manteniendo su inalienable condición de equipamiento público.
Eduardo Mangada | Arquitecto y socio del Club de Debates Urbanos
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