“Además, existe un movimiento vecinal, articulado en torno a EVA (Espacio Vecinal Arganzuela), que viene demandando desde hace meses al Ayuntamiento la cesión de un trozo del edificio para poder desarrollar en él un conjunto de actividades lúdicas, culturales, educativas, etcétera. Ahí está la ocasión para producir un nuevo espacio colectivo autogestionado con el apoyado y la modulación del Ayuntamiento. Qué mejor uso puede hacerse de esta herencia arquitectónica para bien de Madrid. De su gobierno y de sus ciudadanos”.
NUEVA TRIBUNA 26/10/2015 .- Eduardo Mangada, Sergio Martín Blas y Gabriel Carrascal | El edificio del antiguo Mercado de Frutas y Verduras de Legazpi, por su localización en la trama urbana de Madrid, por su forma y tamaño, por su historia, puede considerarse un trozo de ciudad en sí mismo.
[…] El Mercado de Legazpi es un ejemplo de magnífica arquitectura, ausente de tentaciones estilísticas, proyectado por el arquitecto Francisco Javier Ferrero en 1932, con la colaboración del ingeniero Peña Boeuf. Las fotos históricas permiten entender el extraordinario valor de la calle rodada descubierta en su planta alta, flanqueada por grandes voladizos de hormigón, y del sistema de comunicaciones y ventilación-iluminación mediante grandes huecos en el forjado de ese mismo nivel, elementos perdidos en sucesivas reformas pero perfectamente recuperables. Gracias a la claridad y calidad de su estructura, la neutralidad de sus componentes, la disposición de las tres naves en torno a un gran vacío central, la estratificación en dos niveles accesibles al tráfico rodado, el edificio se ofrece hoy como un gran contenedor capaz de albergar múltiples usos manteniendo su forma, dimensiones y carácter arquitectónico. Sin añadidos y casi sin derribos significativos. Bastaría recuperar la permeabilidad a la luz y al aire, abriendo los huecos cegados en fachadas y forjados, y desmontando la cubierta añadida que carga sobre los voladizos originales. En el paradigma que hoy impregna la cultura urbanística (hacer ciudad en la ciudad), este conjunto de suelo y fábrica se ofrece como ocasión única y estratégica para la ciudad de Madrid, que debe buscar en él su compleción y mejora. El gran triángulo junto al Manzanares debe aspirar a ser una pieza cargada de urbanidad, un trozo de nueva ciudad aprovechando la huella física heredada y reinventando nuevos contenidos que vengan a enriquecer Madrid y, de forma más directa, el distrito de Arganzuela. […]Ver el artículo completo en Nueva Tribuna
Eduardo Mangada, arquitecto y socio del Club de Debates Urbanos.
Sergio Martín Blas y Gabriel Carrascal, arquitectos y miembros del grupo de investigación Nuevas Técnicas Arquitectura Ciudad (NuTAC), de la ETSAM.
[…] este título publiqué, junto a Sergio Martín Blas y Gabriel Carrascal, un artículo (se adjunta a estas notas) en el que se exponía cómo entendíamos este gran espacio, este gran triángulo, como una pieza […]